—Mi vida profesional, estimados Apóstoles, siempre se ha regido por la disciplina, acuciosidad y estudio para con mis pacientes. Después de haberme graduado en nuestra querida Alma Mater, fui a perfeccionarme a Estados Unidos, permaneciendo ahí cerca de un lustro; posteriormente volví, reincorporándome a la vida médica capitalina, no sin haber pasado miles de peripecias que para relatarlas sería cuestión de otra cena...