Conociendo a la perfección a sus colegas, el senador Erasmo Vidal planeó meticulosamente la cena. Para esto, y contando ya con los servicios del viejo tabernero don Hipólito, a quien logró convencer, decidió efectuar la reunión en un comedor privado del hotel Princess: una mesa redonda con doce sillas y un escritorio con su asiento serían los muebles que adornarían el escenario...